Adiós mi casi amor...

No digas que me extrañas, pareciera mentira aun cuando tus lágrimas ahogan las palabras. Perdóname, pero no volveré, espero que algún día te des cuenta el porqué, sé que me olvidaras, se que pasaremos a la historia, si confías en mi…cree eso. Aunque muera por amarte sé que siempre me harás falta. Por favor perdóname, pero no volveré a esa prisión en la que los sueños mueren y son más que el amor. Respira, vive sabiendo que es solo un sueño del cual despertaras.

No cuentes los días, no te esfuerces, oye a mi alma gritar, necesito decir tu nombre por última vez, salvarnos, depende de lo que lleguemos a ser uno sin el otro, date cuenta que somos la nada si estamos juntos, hemos desertado, abandonado toda esperanza, congelados por dentro, solo tú sabes que después de la muerte debe haber algo más  a lo que aferrarse y tú serás mi única razón, si me preguntan, diré que fuiste tú quien mantuvo mi fe.

Sabes que no puedo quedarme con el miedo, sabes que tu tacto duele tanto que debo contener el aliento para que no se vaya lo que me queda de vida. Extrañare los inviernos, los arboles que nos servían para tatuar palabras gastadas por el viento, saborear la eternidad agonizante en la que me envolvías, las huidas sin escapatoria, haciéndonos daño, amándonos hasta quedar sin espíritu, los destellos de luz palpitante en tus ojos cuando teníamos momentos felices, tus temores encantadores, nuestras carreras por la playa cansados de lidiar con los problemas, ayudándonos, alentándonos  a dar lo mejor de nosotros a otros cuando nos faltaba tanto por dar a nosotros mismos, odiando despertar y encontrar el lado de nuestros corazones llenos de ausencia, por la demora de sentimientos igualados a cenizas, ruinas, polvo, necesitando la belleza del mundo para dedicársela al otro cuando todo parecía equivocado.

Sé que pronto estaremos bien, saludándonos sin tener idea de quién es quién, solo vestigios de silencios reconocidos, de pastillas que nos hagan poder conciliar el sueño por pensar en cosas que no logramos recordar. ¿Podrás perdonarme? ¿Podremos hacerlo los dos? 

Solo mírame, tu silencio es devastador pero cada vez que respiras puedo ver que sobrevivirás sin mí, porque nadie es indispensable, aun cuando el dolor deje sin almas nuestros cuerpos, no vuelvas, recuerda lo que fuimos y convierte lo amargo en odio si es posible, si es necesario, y algún día, espero que uno no muy cercano logres amar de mentira y que te amen de verdad. 

C@rit0.